La falta de madurez de muchas empresas trae consigo un futuro desastroso dentro del área de la informática, estas empresas cometen el principal error de toda futura víctima de un hacker formulando la frase “yo nunca seré hackeado”. Generalmente las empresas no invierten en su área de seguridad informática y en el mejor de los casos solo invierten el 3.8% de su presupuesto.
Grandes empresas luego de ser
víctimas de ciberdelincuentes pierden grandes cantidades de dinero además de la
confianza por parte de sus usuarios como es el caso de la empresa SONY.
A nivel mundial se pierde más de
445 mil millones de dólares por ataques de cibercriminales. Tomando un ejemplo
claro, México sufre una pérdida de más de 30 mil millones de pesos al año el
cual en dólares es más de mil millones y medio de dólares al año.
Tomando la realidad de mi país,
según el diario Gestión “Perú es quinto país de la región que recibe más
ataques cibernéticos”, además que somos una gran potencia en desarrollar
malware bancarios, hasta el punto de “exportar” y vender estos malware a países
vecinos.
Pongámonos a pensar en un
momento, que pasaría si la entidad financiera donde confiamos nuestro dinero es
víctima de un ataque, en el cual vacíen nuestras cuentas de ahorro, además de
modificar información sensible de la empresa dejando con serios daños
institucionales a dicho banco, ¿cuál sería la decisión lógica de estos
clientes? Por lógica sería entre muchas el cambio de servicios a otra entidad
financiera.
Es tiempo de que las empresas
tomen conciencia y el verdadero valor a este ámbito, asegurar sus datos y
concientizar a sus trabajadores, hablar de los peligroso de métodos de hackeo
como la ingeniería social, de capacitar a su área de sistemas para que tomen
cartas sobre el asunto y sobre todo… tener planes de contingencia a futuros
ataques que pueda sufrir la empresa.
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